El 1 de marzo, el presidente Donald J. Trump firmó una orden ejecutiva declarando el inglés como el idioma oficial de los Estados Unidos, una orden que también revoca el mandato del ex presidente Bill Clinton de 2000, que requería que las agencias federales proporcionarán asistencia lingüística a quienes no hablan inglés.
Cuando Trump inició su segundo mandato, eliminó la versión en español del sitio web y las redes sociales de la Casa Blanca. Aún así, según el sitio web oficial de la Casa Blanca, “Establecer el inglés como idioma oficial no sólo agilizará la comunicación, sino que también reforzará los valores nacionales compartidos y creará una sociedad más cohesionada y eficiente”.
Jannet Martínez Reyes, tesorera de La Raza, siente que la orden hace lo contrario.
“Es raro ver cómo Trump o la administración en general están afirmando que esto va a unificar a las personas cuando podemos ver que en realidad solo está tratando de unificar a personas específicas”, dijo Martínez Reyes. “Es una queja que la gente ha escuchado constantemente, como esa mierda racista que dice ‘oh, habla inglés, estás en los Estados Unidos’. Ahora él está reforzando eso y dándole validez a eso”.
De acuerdo con el Censo de los Estados Unidos, entre 2018 y 2022, alrededor del 78.3% de la población estadounidense habla solo inglés en casa, aunque sean multilingües.
Frederik Green, presidente del departamento de lenguas modernas y literatura, dijo que esta orden ejecutiva no es particularmente importante en un país donde se hablan más de 350 idiomas, pero podría tener impactos en los servicios lingüísticos financiados por el gobierno federal.
“Puedes elegir si quieres hacerlo en español o en chino, o si quieres un traductor que proporcione servicios de traducción, lo cual, por supuesto, es maravilloso, ¿verdad? Esto es lo que representa América”, dijo Green. “Pero esos servicios … eso es lo que podría ser recortado, afectado”.
De manera similar, la profesora de español Ana Luengo señaló que la orden es “totalmente en contra de la inmigración y de toda la educación multilingüe”.
“Yo creo que es muy coherente con toda su política de criminalizar a migrantes y también de intentar crear una identidad estadounidense homogénea que es la que él representa”, dijo Luengo.
Citlali Hernández, una estudiante de último año en español, señaló que aunque esta orden impactará al país de forma mínima, no tiene tanto peso como otras órdenes ejecutivas que Trump ha firmado.
“No es algo que cambie la estructura que ya tenemos. Aunque él haya firmado esta orden, no significa que nuestra diversidad desaparezca automáticamente”, dijo Hernández.
Green dijo que sentía que el propósito de Trump al firmar la orden era para validar el punto de vista de las personas que se sienten amenazadas por otras que hablan un idioma que no entienden.
“Con la inmigración convirtiéndose en un tema tan politizado, sirve tanto para avivar más de esos miedos”, dijo Green. “‘Todo aquel que no hable inglés debe ser excluido porque ahora tenemos esta orden ejecutiva’. Pero también refuerza a aquellas personas que sienten que, sí, ya sabes, las personas que no hablan nuestro idioma son de alguna manera amenazantes. Lo que, por supuesto, es muy, muy, muy triste es que no hay nada amenazante en un idioma extranjero. Solo es amenazante si no lo entiendes”.
Green, que es de Alemania, señaló que en Europa, cada país tiene un idioma nacional. En teoría, un idioma nacional no es algo malo.
“Sin embargo, esto, por supuesto, sucede en este clima político actual y con el presidente actual, cuando, al mismo tiempo, vemos tantas otras cosas bastante impensables sucediendo en el gobierno federal y con respecto a los inmigrantes”, dijo Green.
Desde su inauguración el 20 de enero, Trump ha firmado varias órdenes relacionadas con la inmigración, incluida la declaración de una emergencia nacional en la frontera entre EE. UU. y México, la expansión de los centros de detención e intentos de eliminar la ciudadanía por nacimiento. La eliminación de los servicios lingüísticos podría ser otro endurecimiento de las políticas que Trump ha implementado.
Martínez Reyes habló desde su experiencia sobre cómo los servicios lingüísticos afectaron la capacidad de su madre para recibir ayuda en una consulta con un optometrista.
“No pudo hacer su cita porque no pudo llenar ningún formulario”, dijo Martínez Reyes. “No pudo hablar con la gente y no estaban haciendo ningún esfuerzo por tratar de hablar con ella. Eso fue antes de que se firmara la orden ejecutiva sobre el inglés. Y antes de que se recortaran cosas en un estado que tiene muchos más recursos que otros. Entonces, ¿a dónde vamos desde aquí ahora? Si este es el punto de referencia, ¿a dónde vamos?”
En California, es probable que esta orden no tenga un gran impacto. El inglés ha sido el idioma oficial del estado desde 1986.
“Yo siento que a veces pensamos que California es como un oasis en que todo está muy bien, pero en el año ‘98 aquí se votó en contra de las escuelas multilingües”, dijo Luengo. “Y en el año 2008 se votó contra el matrimonio entre personas del mismo sexo. Es que California no es un oasis liberal como la gente cree para nada. Es muy fácil que eso cambie”.
Green dijo que una posible solución a la ‘amenaza’ de otros idiomas es implementar más educación lingüística.
“Hay tantas buenas razones para aprender un idioma extranjero”, dijo Green. “Y sin embargo, nosotros como país no lo hacemos. Y honestamente, nuestros legisladores están haciendo todo lo posible para desanimar a los jóvenes de hacerlo. Y eso, sabes, esa es la verdadera tragedia”.
Según Luengo y Green, el número de idiomas ofrecidos en la universidad ha disminuido de unos 10 a siete en los últimos cinco años.“Yo creo que es una universidad extremadamente monolingüe”, dijo Luengo. “Lo cual me preocupa mucho porque un tercio de los estudiantes son hispanohablantes. Y yo siempre pienso que es lo que como profesora también intento demostrar: Ustedes ya tienen un capital cultural que no tiene mucha otra gente. Entonces, poder acceder en un nivel ya más académico al conocimiento de la lengua les puede abrir muchísimas más puertas. Pero esta universidad no nos apoya en absoluto”.Como estudiante, Hernández afirma que aprender un nuevo idioma y ser multilingüe abre puertas, tanto cultural como personalmente.
“Si la gente tiene la oportunidad de aprender un idioma, incluso si solo son cinco palabras, y pueden recordar esas cinco palabras, creo que es un pedacito de la comunidad que las personas pueden llevarse y que muestra que están tratando de aprender sobre tu comunidad y otras personas”.