Sebastián Carrasco fue nombrado hace tres meses como nuevo entrenador principal del equipo de fútbol masculino de la Universidad Estatal de San Francisco, dejando su puesto después de seis temporadas como entrenador asistente.
Trabajando como entrenador de fútbol durante casi 25 años, el nativo argentino nunca se había encargado de la parte administrativa de un equipo hasta ahora. Aunque para él es algo nuevo, Carrasco dice que no ha sido algo fácil, pero divertido.
“Me estoy enfocando junto con mi asistente, más que nada en la parte cultural del equipo, en la parte de crear un nuevo ADN (DNA, por sus siglas en inglés) del equipo, cambiar la filosofía más allá de la parte futbolística, la parte de sistemas de juego, y planes de trabajo”, dijo Carrasco. “Ese fue el cambio fundamental, que es lo que estamos trabajando en entender que más allá de que son o practican fútbol y juegan fútbol, primero son estudiantes atletas”.
El nuevo administrador más que nada quiere que sus jugadores se gradúen, y que tengan la mejor experiencia en la universidad como estudiantes y en segundo, enfocarse en la parte deportiva.
“Me ha hecho querer jugar más y expresarme en la cancha, no ser tan robótico en las cosas. Me da más confianza y juego con más libertad”, dijo Issay Bravo, un jugador en el equipo. “Tiene pasión por ganar y quiere que todos seamos mejores personas. El equipo se siente más como una familia”.
Carrasco empezó a jugar el deporte a los cinco años y a los nueve años, decidió jugar en los clubes profesionales de Argentina. Cuando se graduó de la secundaria, tomó la decisión de cortar su sueño de convertirse en jugador profesional y enfocarse en su carrera de profesor de Educación Física.
“El fútbol para los argentinos es una pasión muy grande. De la forma en que nosotros vivimos el fútbol, es lo que yo estoy tratando de compartir y transmitir a mis jugadores”, dijo Carrasco. “Si no te divertís, el fútbol no deja de ser un juego. Si no te divertís, no la pasas bien. Entonces la idea es entender que no deja de ser un juego, divertirse y al mismo tiempo vivirlo con pasión”.
Carrasco trabaja con dos nuevos entrenadores, Manuel Hurtado y Justin Wolfe. Wolfe es un ex jugador que regresó después de un año de graduarse.
“Algo que faltó en los últimos años fue que a los jugadores no se les permitía expresarse y no había una cohesión completa. Estaban muy divididos y había muchas camarillas”, dijo Wolfe. “Pero creo que ahora lo que realmente importa es construir un equipo y asegurarnos de que sea como una familia”.
Durante las prácticas, Carrasco dice que trata de desarrollar ejercicios para los jugadores que no solo sea trabajo físico, sino juegos divertidos y competitivos en donde ellos empiezan a competir sanamente.
“Creo que definitivamente ha cambiado la cultura del equipo. Ha cambiado los valores y el enfoque del equipo, y ahora parece un programa universitario”, dijo Jairo Fernandez, otro jugador del equipo. “[Carrasco] valora más tu rendimiento académico, la forma en que interactúas con el equipo, [y] la forma en que tratas a los demás. Ve primero a las personas y luego al jugador”.
El director sabe que también deben estar pendiente de las cosas fuera del deporte. El quiere que haya mejor comunicación entre los jugadores y entrenadores para que el grupo se haga más fuerte y sea más fácil para que ellos se entiendan uno al otro.
“Este año, la metodología de trabajo es calidad, no cantidad contextualizada en abarcar más cantidad de tópicos en una misma práctica, reduciendo las horas de trabajo”, dijo Carrasco.
Carrasco primero llegó a Nueva York en 1998 sin saber el idioma de inglés. Además, es ahí donde conoció a su esposa antes de mudarse juntos a Los Ángeles y después San Francisco.
“En mi carrera, esto fue la frutilla del postre. Tener esta oportunidad para mi carrera, fue una satisfacción muy grande”, dijo Carrasco. “Lo más importante ahora para mí es disfrutar este momento y disfrutar mi nuevo rol como parte de la vida de ellos, para que ellos tengan la mejor experiencia y que se vayan de acá con su título bajo el brazo”.