En septiembre de 2024, Donald J. Trump y JD Vance comenzaron un rumor de que los migrantes haitianos estaban comiendo perros y gatos de la calle en Springfield, Ohio. Trump incluso llegó a mencionar el rumor durante el debate presidencial de ABC. Las afirmaciones infundadas crearon un frenesí en línea y sus seguidores incluso llegaron a creerlo.
En los últimos meses, ha habido un temor palpable debido a las medidas represivas de Trump contra la inmigración. Al comenzar su segundo mandato el 20 de enero, Trump declaró que tomaría varias acciones para bloquear la entrada de migrantes a los EE. UU., comenzando con un plan de deportaciones masivas. Sus acciones han generado tanto miedo dentro de la comunidad migrante y al mismo tiempo generando la creencia de sus seguidores de que las medidas en la frontera están ayudando al país. Sin embargo, ¿qué tan basadas en la realidad están las afirmaciones de Trump?
El presidente Trump está difundiendo una narrativa de que la cantidad de migrantes que llegan a los EE. UU. es incontrolable, lo cual, según la profesora Teresa Carrillo de los estudios latinos/latinas de la Universidad Estatal de San Francisco, no podría estar más alejado de la verdad.
“Esa es una total manipulación de la percepción de las personas sobre la frontera y los cruces fronterizos”, dijo Carrillo. “Si miras los números de personas que cruzan la frontera en este momento, son bajos. Sin embargo, el otro día, la administración Trump declaró una emergencia en la frontera. Eso no concuerda con los hechos”.
Carrillo también mencionó que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. contabiliza el número de migrantes que ingresan al país según el número bruto de aprehensiones, es decir, cuántas veces la persona ha intentado cruzar la frontera (el promedio es tres veces). Según Carillo, en sus estadísticas, una persona cuenta como tres. Esta es una estrategia utilizada para inflar los números y justificar la expansión del control fronterizo y presupuestos más grandes.
La investigación demuestra que el número de migrantes que cruzan la frontera está disminuyendo. Entonces, ¿por qué difundir narrativas generalizadas de que los migrantes están entrando al país a un ritmo alarmante?
Estas narrativas simplemente están impulsadas por el racismo. El presidente Trump ha logrado convertir el acto de la migración en un tema político, condenándolo y condenando a las personas que migran. Sin embargo, la amenaza de la deportación es una realidad grave, especialmente en la comunidad latine. Las vidas de familias enteras cambian con un solo golpe en la puerta.
Pero esta narrativa no comenzó durante la presidencia de Trump, sino que ha sido una tendencia persistente en la historia de EE.UU.
Desde el principio de los tiempos, las personas han migrado. En la historia reciente de EE. UU., el presidente Lyndon B. Johnson firmó la Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1965, que cambió fundamentalmente la política de inmigración de EE. UU. Johnson eliminó leyes discriminatorias, como la Ley de Exclusión de China del 1882, permitió la migración de países no europeos de Asia y América Latina y creó un sistema de preferencia para los migrantes que tenían familiares viviendo en EE. UU. o que eran altamente calificados.
El profesor de ciencias políticas de SFSU Ron Hayduk cita la Ley de 1965 como el inicio de la reforma migratoria en los EE. UU.
“Antes de eso, teníamos leyes extremadamente restrictivas que surgieron en la década de 1920, realmente leyes anti-inmigrantes de Europa occidental”, dijo Hayduk. “Era realmente bastante racista en el sentido de limitar quién podía venir, principalmente a los europeos y principalmente europeos del norte y del oeste, ni siquiera a los europeos del sur y del este, de donde vienen mis antepasados”.
La Ley de Inmigración y Nacionalidad, junto con el Programa Bracero, aumentó el flujo de migrantes de América Latina, especialmente de México. Según un artículo de 2012, la población de migrantes latinoamericanos era casi nula en 1965, mientras que en 2008 alcanzó un pico de alrededor de 9.6 millones.
“Se tiene la idea de que todos los latinos y migrantes son indocumentados y en realidad solo el 12% de la población latina es indocumentada”, dijo Carrillo. “De México, alrededor del 35% de los nacidos en el extranjero son naturalizados. Y otro 32% tiene residencia permanente legal u otra forma de presencia documentada”.
Con este gran número de migrantes latinoamericanos que ahora residenciados en EE. UU., debemos ponernos a trabajar. Los migrantes latines representaron el 47.6% de la fuerza laboral migrante en 2023.
Los migrantes latines contribuyen a una gran cantidad de sectores en EE. UU., incluyendo la construcción, el negocio de restaurantes, las industrias agrícolas y la industria de la vivienda.
Carrillo dijo que los migrantes afectan positivamente la economía, mientras que detener el flujo de migrantes afecta negativamente a la economía.
“Por un lado, cualquier evaluación económica de la contribución de los inmigrantes muestra consistentemente que más inmigrantes significan más crecimiento económico y más prosperidad”, dijo Carrillo. “No hay ningún estudio económico que contradiga eso”.
Sin embargo, estas narrativas racistas alimentadas por nuestros gobiernos nos pintan la imagen de que la inmigración es algo negativo y debe ser detenida. En 2006, varias organizaciones en los EE. UU. organizaron una protesta de un día llamda “Día Sin Inmigrantes” para mostrar que cuando los migrantes dejan de trabajar, comprar y contribuir al país, hay efectos reales.
Hayduk cita esta protesta como un cambio de la narrativa sobre la migración; los migrantes y su trabajo fueron vistos como necesarios para el bienestar del país.
Currently, several Latine organizations are urging people to stop buying from companies that don’t support Diversity, Equity and Inclusion training and to stop working, if possible. This movement is known as the Latino Freeze. On Feb. 3, organizers planned for another national “Day Without Immigrants” protest.
Actualmente, varias organizaciones latines están instando a las personas a dejar de comprar de compañías que no apoyan programas de Diversidad, Equidad e Inclusión y dejar de trabajar si es posible. Este movimiento es conocido como el “Latino Freeze”. El 3 de febrero, los organizadores planean otra protesta nacional de “Día Sin Inmigrantes”.
Carrillo, quien está enseñando una sección de LTNS 470 (Inmigración Latina/o a los EE. UU.) en el semestre de primavera de 2025, insta a sus estudiantes a pensar críticamente sobre los medios relacionados con los migrantes y también los anima a pensar sobre su propia historia migratoria, a menudo promoviendo interés en profundizar y desentreñar las narrativas que nos dicen sobre los migrantes.
“En todos los frentes, hay desinformación sobre los migrantes”, dijo Carrillo. “Y si en clase descomponemos cada mito, vamos a pasar todo nuestro tiempo diciendo ‘esto no es cierto, esto no es cierto’, pero no tendremos tiempo para cubrir el material que da una base más sólida de nuestra verdadera historia migrante”.
Entonces sí, la migración es una parte necesaria del bienestar de un país. Pero incluso estas contribuciones positivas no justifican la existencia de los migrantes en los EE. UU. Los migrantes son simplemente seres humanos. No somos diferentes unos de otros por las experiencias pasadas que hemos tenido o por nuestro estatus legal. Y aunque los migrantes, especialmente los migrantes de América Latina, son grandes contribuyentes a la economía, la agricultura, la construcción, el negocio de los restaurantes, etc., merecen existir y quedarse en este país independientemente de sus contribuciones positivas.
“Creo que hay un verdadero debate en marcha y es un debate político y se está librando de todo tipo de formas que no son solo, ya sabes, un debate educado y desacuerdo, sino un conflicto físico y sustantivo que tiene impactos tremendos en millones de personas”, dijo Hayduk. “Así que creo que es un momento importante para hacer estas preguntas sobre, ya sabes, cuál es la naturaleza de este proyecto y cómo debería verse y cómo queremos cumplir con la promesa de América como una tierra de oportunidades e igualdad y justicia para todos”.