El amor persiste en medio de la oscuridad a lo largo de “Broken Love”, un ballet compuesto por dos obras presentado como una duología por el Ballet de San Francisco, separadas por un intermedio. “Broken Wings” y “Marguerite and Armand” componen la obra y permanecen en constante diálogo entre sí.
Como dos historias de amor perdidas y encontradas, el peso emocional de las obras nunca supera su belleza. Cada una se sostiene como una celebración arrolladora de las múltiples facetas del amor, incluso en las peores circunstancias. Ambas reposan sobre cimientos de amores trágicos desde el momento en que se levanta el telón, comenzando con “Broken Wings”.
La versión interpretativa y evocadora de la vida y los amores de la icónica artista Frida Kahlo se siente tanto clásica como inovadora. Las decisiones valientes y creativas son la verdadera marca de esta producción. Evocativa de las visiones teatrales modernas y minimalistas del director Jamie Lloyd en el West End, la puesta en escena de “Broken Wings” por Daniel Kraus, que se estrenó en el SF Ballet en 2024, se presenta como un análogo del ballet.
Kraus imagina la vida de Kahlo, y específicamente su tumultuosa relación con Diego Rivera, como una experiencia dolorosa pero infinitamente gozosa. La coreografía sensual de Annabelle Lopez Ochoa impregna cada danza de un anhelo que trasciende el dolor físico. A medida que el amor de Kahlo por Rivera alcanza picos y valles extremos, también lo hace su amor por el arte y la vida. Cada uno está representado por elegantes conjuntos de bailarines, vívidamente ataviados por Dieuweke van Reij como espíritus del bosque y como sus pinturas, junto a otros bailarines que encarnan espíritus oscuros que amenazan la paz.
Durante toda la pieza, hay una gran caja negra en el centro del escenario. Esta caja se origina como la fuente de todo: de Kahlo, de la creatividad y del espectro de la muerte que sobrevuela la escena. Entre la oscuridad brota una vida ardiente y hermosa, vivida y bailada con pasión.
La pasión surge de la vida de Kahlo, según la visión de Kraus y Lopez Ochoa, en los lugares más inesperados. Sus múltiples tragedias, como su diagnóstico temprano de polio y el accidente de autobús que destrozó su cuerpo a los 18, están interpretadas con sensibilidad. La evocación prevalece sobre la literalidad, así que la cojera de Kahlo debido a la polio se refleja en cómo desplaza su peso en escena, mientras que el accidente de autobús se presenta de forma impactante en un momento silencioso con un espejo dentro de la caja ominosa.
Momentos más luminosos atraviesan sus tragedias, destacando un hipnótico pas de deux entre Kahlo y Rivera, acompañado por una interpretación en vivo de “La Llorona” por Geo Meneses y Los Macorinos. Los bailarines Isabella DeVivo y Myles Thatcher encantaron por completo al público en la noche de estreno durante esos seis minutos intensos, en los que la dinámica entre los personajes se sentía en cada mirada y roce de manos. Mientras bailaban el baile del amor, Meneses cantaba, y el público lloraba.

El desenlace trágico pero triunfante de la historia de Kahlo da paso a la igualmente conflictiva “Marguerite and Armand” de Sir Frederick Ashton, originalmente creada en 1963. Esta nueva puesta en escena, dirigida por Grant Coyle, se estrenó en el SF Ballet en 2024. Ashton fue celebrado en gran parte por crear el repertorio del Royal Ballet en Londres y este renacimiento trae aquí los temas eternos de amor y pérdida. Los roles titulares fueron creados por los icónicos Margot Fonteyn y Rudolf Nureyev y fueron interpretados por Misa Kuranaga y Joseph Walsh en la noche de estreno. El dúo fue deslumbrante.
Esta pieza es mucho más clásica que su predecesora, pero la energía eléctrica de “Broken Wings” se mantiene. Declarado como un romance condenado desde el principio, el telón se levanta sobre una Marguerite enferma de tuberculosis que anhela a su hombre soñado, Armand, proyectado en una enorme pantalla blanca detrás de ella. Harta de su pretendiente asignado por su familia, Marguerite ansía un amor que lo consuma todo, antes de que su cuerpo la consuma a ella. Cuando ambos se encuentran, saltan chispas.
Aunque estilísticamente menos expresiva que “Broken Wings”, las emociones de “Marguerite and Armand” son igual de intensas. Ambos bailarines principales tienen una dinamica eléctrica. Cuando bailan juntos, todo lo demás desaparece. El diseño escénico, maravillosamente sobrio y hermoso de Cecil Beaton, crea el espacio necesario para que el amor de estos amantes trágicos lo llene todo. El estilo ágil y atrevido de Walsh, que entra y sale rápidamente en cada escena, es tan encantador como dominante, pero su interpretación fue generosa al permitir que Kuranaga brillara. Su trabajo de puntas hace que un escenario desolado estalle en vida y que un solitario sofá se hunda con dolor. Ella y el escenario se funden en uno solo.
Estas dos piezas están personificadas por sus personajes: amantes cuyas pasiones infinitas los consumen. Deja que la pasión de “Broken Love” también te consuma. La obra se presentará en la War Memorial Opera House hasta el 18 de abril y los boletos ya están a la venta.