El 9 de octubre, en el salón 473 del edificio de las Humanidades, se escuchaba un parloteo animado mientras canciones de pop latine y música regional mexicana sonaban de fondo.
La congregación estaba compuesta por los estudiantes de la clase SPAN 850, quienes organizaron una exhibición de arte como parte de su curso. El evento fue una mezcla de exhibición, meriendas y presentaciones. La clase, que es un seminario, tiene trece estudiantes.
El tema de la noche era ‘Ni de Aquí, Ni de Allá’, que funciona como una exploración de la cultura fronteriza entre los Estados Unidos y México.
Los estudiantes produjeron obras de arte, poemas y textiles. Un estudiante compuso una canción y otra, Marta Dugarte, comparó el precio de la comida en Tijuana con el precio de la comida en San Diego, notando que los precios son más altos en San Diego.
La doctora Ana Luengo Palomino, quien enseña la clase, afirma que los estudiantes fueron quienes organizaron el evento.
“Yo tenía la idea de una exposición para el mes de la herencia hispana y lo que me sorprendió fue la calidad de las obras. Hay textiles, hay música, hay muchas cosas muy diferentes y tenían total libertad para crear su obra artística”, dijo Luengo.
Además de la exploración artística, Luengo dividió la clase en cuatro partes: teoría, parte creativa, análisis cultural y su propio trabajo de investigación. Los estudiantes ven documentales, leen textos y analizan objetos culturales, todos sobre la cultura fronteriza.
“Es algo que a todos mis estudiantes les toca mucho personalmente también, entonces sentí que estaban más involucrados con este tema en particular”, dijo Luengo.
Fernanda Dávila, estudiante de quinto año, creó un proyecto sobre los lowriders, creando una réplica miniatura de una calle en Los Ángeles. Notó que su exploración de la cultura lowrider fue una forma de aprender más sobre su cultura.
“Aunque nosotros no somos ni de ahí ni de acá, todavía celebramos esos días festivos”, dijo Dávila. “Y pues, lo hacemos al estilo de nosotros”.
Arantxa Alhambra, estudiante de cuarto año, hizo un proyecto de tejido para el evento.
“El arte latinoamericana es mi primer punto de referencia para cualquier cosa porque es lo que veo en casa y por las redes”, dijo Alhambra. “Fuera de estas clases, no he tenido muchas oportunidades de aprender sobre arte latinoamericana”.
Aunque la clase es técnicamente de maestría, algunos estudiantes siguen estudiando por su licenciatura.
“La cantidad de clases de español que ofrecen cada semestre es muy limitada, entonces tengo que tomar las clases que ofrezca, pero la profesora es genial y nos da un montón de guía, entonces no sale muy difícil”, dijo Alhambra.
Los estudiantes también invitaron a tres presentadores: Luis Javier Camarena, una artista visual, René Juarez, un abogado en la ciudad de San Francisco y Miguel Ozuna, un fotógrafo de la Universidad de Santa Clara.
Ozuna, quien fue invitado por su hermano, mostró fotos que había tomado en un viaje reciente a la frontera de Nogales, entre Arizona y Sonora.
“Lo que he aprendido es que crecí con el sentido de no ser de ahí ni de acá”, dijo Ozuna. “Entonces si he batallado para aprender y reclamar mi identidad”.
Ozuna se identifica como Chicano y usa la fotografía para iluminar a la cultura a la que pertenece.
“Creo que es importante, para saber a dónde vamos, saber de dónde somos”, dijo.
La doctora Luengo notó que los proyectos ayudan a los estudiantes a conectar con su identidad cultural de forma más íntima.
“Para mí es importante que se acerquen a este tema de forma empática”, dijo Luengo. “No solamente como cosas que están en las noticias y son números, sino que realmente se den cuenta de la dimensión humana que tiene todo este tema más en California y más en la época en la que estamos, especialmente con la frontera”.